teacher writes on a blackboard

Las alianzas entre el personal escolar y los padres, madres y cuidadores de niños son una buena idea

La conducta de los estudiantes en el salón de clases -o mejor dicho, la mala conducta- suelen aparecer como encabezados en las noticias de muchos países. Sin duda, los salones de clase bulliciosos, pueden ser una gran barrera para el aprendizaje.

Algunos profesores tienen que lidiar con padres o madres enojados y con estudiantes disruptivos. Pese a que son minoría, los padres enfadados pueden convertir la vida de los profesores y de otros miembros de la comunidad educativa, en una pesadilla. Ya sea que esto se deba o no a las deficiencias que ellos mismos hayan experimentado durante su crianza, debido a problemas de salud mental o tal vez una combinación de ambas. Debemos preguntarnos si estos padres son capaces de proporcionar un entorno tranquilo, consistente y apropiado para sus propios hijos.

Incluso los padres que no entran en discusiones con los profesores pueden querer algún tipo de apoyo con la crianza, ya sea para tratar los problemas de comportamiento de un niño, para ayudar a su hijo o hija a dar lo mejor de sí en la escuela o, un poco de ambos.

Entonces, ¿cómo pueden los padres y las escuelas trabajar mejor juntos?

LOS BUENOS VIEJOS TIEMPOS NO LO ERAN

Algunos dirían que deberíamos regresar a los viejos tiempos de azotes y castigos corporales. Pero recordemos que el castigo corporal fue abandonado por buenas razones. Además de varias otras, ahora sabemos que es contraproducente. Por lo tanto, es importante que los padres, madres y cuidadores de niños conozcan alternativas y estrategias efectivas. De lo contrario, es demasiado fácil para los padres alzar las manos y decir "bueno, si no puedo golpearlos, entonces, ¿qué otra cosa puedo hacer?"

LAS SOLUCIONES YA EXISTEN

No es necesario que los padres abandonen la idea de guiar a las y los niños a desarrollar un comportamiento más prosocial.

La pregunta es, ¿cómo podemos hacerlo?:

  • ¿Cómo podemos incrementar las habilidades de nuestros niños (y las nuestras, si necesitamos ayuda) para manejar las emociones, motivar el comportamiento adecuado y desarrollar la resiliencia?
  • ¿Cómo podemos brindarles más apoyo para que puedan enfrentar situaciones desafiantes, incluyendo cosas como la separación o el divorcio de los padres, y mejorar el funcionamiento familiar?
  • ¿Cómo podemos establecer mejores vínculos entre las escuelas y las familias (en lugar de crear más tensión ya que cada lado culpa al otro)?

No me sorprende que, basándome en más de tres décadas de investigación y experiencia clínica, yo considere que la respuesta sea: programas basados en evidencia empírica.

¿POR QUÉ SON IMPORTANTES LAS ALIANZAS ENTRE LA ESCUELA Y LA CRIANZA DE LOS NIÑOS?

Tanto los y las educadoras de prescolares como los de las escuelas primarias, a menudo son los primeros en notar los problemas de: habla y lenguaje, habilidades sociales, conducta, déficit de atención, autocontrol emocional y funcionamiento familiar.

Lo ideal es que estos posibles problemas se detecten a tiempo y se brinde apoyo antes de que éstos se arraiguen o lleguen a un punto crítico. Y esto debe suceder sin señalar con el dedo o manteniendo las cosas en secreto, sino por medio de un cuidado y trabajo en equipo genuino.

Existen una gran cantidad de investigaciones sobre los beneficios de Triple P:

  • Mejora la preparación, la asistencia y el rendimiento escolar; reduce el bullying y mejora las relaciones entre compañeros y compañeras en la escuela.
  • Mejora la regulación emocional tanto en las y los niños como en los padres.
  • Mejora resultados y oportunidades para las y los niños con discapacidades de desarrollo, incluyendo los niños con discapacidades intelectuales, cognitivas, neurológicas, sensoriales y físicas.

La reducción de los problemas conductuales en el salón de clases da paso a un mejor entorno de aprendizaje y mayores oportunidades de desarrollo para las y los niños. Incluso antes de que los niños comiencen la escuela, Triple P también apoya a los padres, madres y cuidadores para que proporcionen un entorno de aprendizaje positivo y estimulante en el hogar, alentando a a que las y los niños exploren su entorno y desarrollen sus habilidades lingüísticas y de comunicación.

También se motiva a que las y los profesores de educación primaria o los educadores de prescolar participen en el programa de Triple P. De acuerdo a los estudios, los beneficios incluyen mayores niveles de confianza en la gestión del comportamiento problemático del alumno y, como resultado, menores niveles de estrés laboral.

Ya se están creando nuevas alianzas en Australia, Canadá y el Reino Unido, como parte de proyectos de investigación e iniciativas financiadas por los gobiernos. Los centros de aprendizaje preescolar, las escuelas y los centros de padres, se están uniendo para informar a más padres y madres sobre los servicios disponibles de Triple P – Programa de Parentalidad Positiva y su amplia gama de programas de apoyo.

Este es el tipo de asociación que nos gustaría ver más, porque el potencial de cambio positivo es inmenso. Y cuando comencemos a abordar los problemas a temprana edad en lugar de esperar hasta que los estudiantes estén en la preparatoria, hará que las cosas sean más fácil para todos.