boy with glasses playing guitar, Niño con lentes tocando la guitarra

¿Cuánto es mucho? Eligiendo una actividad extraprogramática

¡Lo logramos! Pasamos la etapa más complicada del inicio del año escolar de nuestros hijos, el período en que los apoyamos en su regreso a la rutina, en ordenar sus horarios y enfocarse en los nuevos desafíos académicos. Ahora es cuando muchos padres conversamos con nuestros niños sobre la posibilidad de realizar alguna actividad extraprogramática en su tiempo libre.

Antes de elegir la actividad extraprogramática, es importante que los padres se tomen unos minutos y piensen para qué quieren que su niño o niña haga esta acción:

  • Para qué nuestros hijos o hijas hagan alguna actividad después del colegio
  • Para asegurarnos de que nuestros hijos o hijas estén en un lugar seguro y bien supervisado después de clases
  • Para ayudarlos a relajarse
  • Para que desarrollen sus talentos
  • Para que amplíe su círculo de amistades

…O quizás una combinación de algunas de estas alternativas.

La respuesta ¡sorpresa! Va a depender mucho de cada familia y realidad del niño o niña, así que pasar tiempo evaluando la mejor opción, es un tiempo bien invertido.

Es importante que los papás se tomen unos minutos para pensar por qué quieren que sus hijos o hijas hagan una actividad extraprogramática y, basado en ello, puedan evaluar la mejor opción.

Por ejemplo, algunos papás quieren que sus niños realicen alguna actividad fuera del colegio, porque necesitan que estén bajo el cuidado de otros y en un lugar seguro, una vez que salen de clases. Otros, porque el niño o niña requiere potenciar alguna habilidad en relaciones sociales, en actividad física, coordinación, motricidad fina o gruesa.

También hay familias que quieren que la actividad permita al hijo o la hija disfrutar haciendo algo que le gusta por más tiempo del que dispone en el colegio. Así también, algunos buscan fomentar el interés por algo en particular, ayudar al niño o niña a explorar algún hobby, deporte o actividad que le entusiasme y a la que quiera dedicarle más tiempo.

NO LOS SOBRE EXIJAMOS

¿Qué pasa con los niños que pasan mucho tiempo viajando del colegio a la casa o haciendo las tareas? para evitar sobre exigir a los niños hay que poner énfasis en permitir que hagan cosas que les gusten y que disfruten. Por ejemplo, si su hijo o hija tiene clases de reforzamiento en matemáticas, busque otra actividad que sea divertida y relajante.

Si su hijo o hija no está disfrutando las actividades extracurriculares, vale la pena reconsiderar y reevaluar los objetivos de estas actividades. ¿Es tan importante tener a la niña o niño en clases de ajedrez si en realidad odian el ajedrez?

DISCUTA CON ELLOS SOBRE QUÉ OPINAN

En cuanto a “negociar” con los hijos sobre qué actividad realizar, es bueno conversar con ellos sobre las alternativas que existen, en especial cuando ya son más grandes: En tu colegio proponen estas opciones, ¿cuál prefieres’, ¿para qué? ¿crees que te serviría la que me estás diciendo?. Tú quieres eso, pero no tengo tiempo para irte a buscar, ¿cómo lo hacemos?.

Entre los padres también se debe ver qué actividades son factibles que el niño realice y preguntarse: ¿lo puedo ir a buscar, me alcanza el dinero?, por ejemplo. O evaluar si la actividad fomenta habilidades, estilos o intereses que me parecen bien, porque un hijo puede querer ir a participar de un club de videojuegos y yo, como mamá o papá, no quiero, porque podría pasar muchas horas en el computador.

TODO A SU TIEMPO

Aunque la bandeja de entrada de su correo electrónico puede verse inundada de información  y ofertas de horarios de clases para los niños, no hay necesidad de comenzar todo inmediatamente. Es una buena idea esperar hasta que su hijo o hija se adapte primero al ritmo de la escuela y luego limitar las actividades adicionales a no más de dos actividades al aire libre (o dos días de actividad adicional).

Y no lo olvide, los niños también necesitan tiempo libre, en el que no siempre están siendo dirigidos por adultos, para que puedan jugar libremente y puedan pensar en qué hacer. Un poco de aburrimiento es bueno para los niños, y ciertamente mejor que estar constantemente corriendo de una actividad a otra. El equilibrio es la clave, así que tenga en mente sus objetivos, mantenga la conversación con su hijo y disfrute verlos aprender y desarrollarse.