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Facilitador de Triple P: "De manera casi automática, las cosas se van dando bien para las familias"

Trabajador social de la Municipalidad de Melipilla, Alan Núñez se formó en metodologías Triple P a comienzos de este año y ha entregado apoyo para la crianza a través de charlas masivas y talleres grupales a más de 90 familias de la comuna, donde Triple P está disponible de manera gratuita como parte de Chile Crece Contigo - Subsecretaría de la Niñez. Aquí nos cuenta su experiencia acompañando y guiando a padres, madres y cuidadores de niños y niñas.

Alan es uno de varios profesionales del municipio acreditados en Triple P en el marco de la iniciativa Apoyo a la Crianza de Chile Crece Contigo y comenta que las herramientas adquiridas en esta formación le han permitido complementar la labor que ya realizaba con los vecinos y vecinas. “Me desempeño en el Programa Familias, que ofrece ayuda en temas como salud, trabajo, ingresos y vivienda. Triple P me permite entregar, además, acompañamiento en aspectos de crianza”, comenta.

Por lo mismo, invitó a participar de Triple P a la mayoría de los usuarios/as del Programa Familias que estaba atendiendo, tanto en charlas masivas de crianza positiva como en talleres grupales con padres, madres y cuidadores.

“Como estábamos en pleno período de pandemia, todo se realizó de manera virtual”, cuenta, comentando que en ocasiones se hacía muy difícil la convocatoria, sobre todo para las charlas, por los problemas de conexión a internet. “En los talleres grupales fue diferente, las familias participaban activamente, de manera muy dinámica”, acota, agregando que para la mayoría de los asistentes resultó una experiencia positiva: “Con el correr de las sesiones, iban aplicando las estrategias y se iban dando cuenta de cómo podían lograr formas más bonitas de relacionarse”.

Gran parte de los padres, madres y cuidadores que participaron de los talleres llegaron con dudas respecto a cómo aprender a poner límites. “Muchos decían que, frente a un berrinche de sus hijos o hijas, tendían a consentirlos sin querer, diciéndoles cosas como: ‘Ya, cálmate, puedes salir a jugar con tu amigo’. Ese tipo de desafíos era lo que más se repetía”, dice Alan. 

“Con el correr de las sesiones, las estrategias aplicadas les iban haciendo sentido a las familias, porque empezaban a generarse relaciones más positivas de los papás con sus hijos. De manera casi automática, las cosas se van dando bien para las familias. Me decían: ‘Mira, practiqué esto y me resultó’. Hubo alguien que me dijo: ‘Yo solo estoy felicitando a mi hijo cuando hace lo que le pido’ y en la cara de ese niño el resplandor comenzó a ser otro”, sostiene.

Agrega que, aunque deje de trabajar ofreciendo Triple P a las familias, seguirá utilizando lo aprendido a través de estas metodologías de apoyo a la crianza. “Con las herramientas que me entregó Triple P, siento que puedo ayudar y apoyar a resolver temas que a muchos papás y mamás a veces se les pueden ir de las manos”.