boy about to pull girl's hair in the classroom

¿CÓMO TRABAJAR MEJOR JUNTOS PROFESORES Y PADRES? – Parte 1

Ni los padres ni los profesores son perfectos, pero a veces, ambos grupos son mejores en reconocer las falencias del otro lado del escritorio que del propio.

No es realista esperar que todo profesor sea siempre cariñoso, sensible, con buenas habilidades sociales, dedicado y un buen solucionador de problemas. O que un padre o madre siempre aprecie lo que se está haciendo, esté involucrado, entienda y pueda comunicarse de forma asertiva y no agresiva.

Lo que suele suceder es que los padres y educadores suelen actuar de formas que son interpretadas como algo agresivas. Los profesores pueden pensar que a los padres no les importan mucho sus hijos o que están demasiado involucrados. Los padres pueden pensar que los profesores son extremadamente críticos, cínicos o que los juzgan mucho.

Necesitamos recordar que tanto los padres como los educadores son solo humanos y que pueden, a veces, sentirse ansiosos, deprimidos o tener expectativas poco realistas sobre ellos mismos o sobre los otros. Cualquier día, cualquier persona puede encontrar difícil el poder mirar desde la perspectiva del otro.

CONVERSACIONES QUE PUEDEN SER DIFÍCILES

No es sorprendente entonces que esto pueda generar situaciones potencialmente estresantes o confrontacionales, especialmente porque ambos actores sienten que están haciendo lo que es mejor para el niño o niña. Las conversaciones entre los padres y educadores (u otro funcionario del colegio) pueden volverse delicadas, tensas, cargadas de emociones en una variedad de situaciones, como cuando:

  • Un niño está quedando rezagado en actividades escolares o tareas para el hogar.
  • Un niño se está portando mal de manera reiterada en la escuela
  • Otro niño o padre ha presentado un reclamo
  • Un padre (o ambos) ha presentado una fuerte reacción negativa frente a un requerimiento, una decisión o una acción por parte del colegio (es común que sea algo así como “¿por qué no ha sido seleccionado mi hijo?).

Las cosas se pueden complicar aún más si es que el niño o niña le ha pedido a sus padres no decir nada sobre esto a su profesor. Debe usar su propio juicio en estas situaciones, pero a veces deberá ir contra los deseos de su hijo o hija y asumir la responsabilidad de decir algo al respecto, de todos modos.

Otros temas que pueden ser potencialmente difíciles o vergonzosos, incluyen:

  • la separación de los padres
  • dificultades financieras
  • la escuela tiene preocupaciones acerca de la situación familiar, por la razón que sea.

Otro elemento a tener en consideración, ya que puede ser el caso de los padres o de los profesores, es que estas conversaciones se pueden presentar sorpresivamente. La persona a la que se le acerca, puede no haber notado o no saber que había un problema. Como resultado, sienten que estas conversaciones muy difíciles e intensas (que posiblemente involucren llantos, gritos o, en casos extremos, agresiones físicas o verbales), salieron de la nada.

¿Por qué estas conversaciones pueden no salir bien, desde el punto de vista del padre o madre? 
Los padres también pueden sentir que su hijo está siendo tratado injustamente, o que se les está culpando a ellos o a su hijo de manera injusta. Esto suele hacer que los padres se sientan y se pongan a la defensiva, lo que dificulta que la situación se pueda mirar de manera objetiva. Además hay padres que olvidan que el punto de vista del hijo puede no ser la verdad complete, puede ser una exageración o puede haber sido un malentendido. Algunas veces, los padres un padre puede ya estar en su límite tratando de manejar el problema, pero el colegio asume que nada ha sido hecho al respecto (lo que algunas veces se puede prevenir si los padres comparen más información con la escuela). 

¿Y desde el punto de vista del educador? 
Los profesores pueden sentir que los padres no entienden la situación correctamente, porque han aceptado automáticamente la versión del niño sobre los eventos. Ya que los educadores tienen la ventaja de la experiencia y tienen un salón lleno de niños, pueden sentir que un problema en particular que se está discutiendo, no tiene tanta significancia ni es tan serio. La conversación puede ser realizada en público, cuando debió ser en privado. Adicionalmente, porque las conversaciones suceden en el lugar del trabajo del profesor, tiene más implicancias emocionales y, por supuesto, el educador se puede preocupar si es que el estudiante o el padre parece agresivo.                       

¿Han contribuido a la complejidad de las relaciones entre padres y apoderados los cambios en la crianza y la educación?

En las generaciones anteriores, los profesores eran vistos como superiores a las críticas o los reproches. Los maestros tenían conocimiento y sabiduría y no se les debía cuestionar. Ahora los padres pueden sentirse más cómodos discutiendo temas con los profesores. Pero, desafortundamente, los educadores se pueden sentir menos respetados. Algunos padres se sienten con atribuciones, como si estuvieran comprando un producto y como “cliente”, pueden reclamar si es que su hijo no obtiene más que buenas calificaciones. 

Preocupantemente, ha habido un aumento de casos en que los niños o sus padres recurren a la violencia, cuando hay un problema en la escuela: datos en Australia muestran que uno de cada cuatro directores escolares han sido víctimas de ataques físicos, ya sea por padres o alumnos y que muchos más han sido acosados o amenazados.

Sin embargo, las diferencias de opinion, manejadas adecuadamente, pueden ser sanas y normales. Resolver conflictos require entender el punto de vista del otro y encontrar formas de trabajarlo juntos. Ambos, profesores y apoderados, pueden ser un buen ejemplo para los niños en cómo manejar conflictos, pero algunos puede que necesiten ayuda profesional para ello. En la actualidad, pocos profesionales y casi ningún padre o madre tienen un entrenamiento adecuado para manejar estos temas. Esperemos que no sea siempre el caso, ya que este no es un tema que va a desaparecer en un futuro muy cercano.

PARTE 2- 10 FORMAS EN QUE LOS PADRES PUEDEN ALIVIAR LA TENSIÓN Y HACER LO QUE ES MEJOR PARA SUS HIJOS.