teenage boy wearing hoodie smiling at camera, Adolescente llevando sudadera sonriendo hacia la cámara.

Cómo superar la barrera “Ya” “No” “Claro” “Nada” con los adolescentes

Hace un tiempo hubo un video rondando por las redes que mostraba un divertido video musical dirigido a adolescentes que han perdido la capacidad de entablar una conversación. Puedes verlo aquí sólo por diversión, pero si bien capta cierto tipo de respuesta adolescente, no creo que éste logre dar una panorámica completa del problema.

A menudo vemos en los medios de comunicación a adolescentes, representados de forma estereotipada, que responden a preguntas con una sola sílaba. Muchos creen que esto se debe a la "poda sináptica" (en pocas palabras, la idea de que la adolescencia provoca ajustes y reformación en cerebro adolescente). Al parecer todavía tenemos mucho que aprender sobre este proceso.

PONIÉNDOLO EN CONTEXTO

Vamos a retroceder un poco y a pensar en el contexto de muchas conversaciones entre adultos y adolescentes. La mayoría de los adultos, ya sean padres o profesores, están ocupados y se sienten presionados por el tiempo. Cuando los niños llegan a la adolescencia, las ocupaciones de los padres pueden haberse vuelto más exigentes y los hermanos menores también puede que necesiten más atención.

A menudo, parece que no hubiese tiempo para tener ese tipo de conversaciones casuales que mantienen firme una relación. Debido a la presión de tiempo de los padres (y si hay problemas específicos que los padres quieran abordar con sus hijos) ellos aprovecharán LA oportunidad para tachar de varios temas de la lista al mismo tiempo. En poco tiempo, los adolescentes pueden desarrollar la idea de que las conversaciones con adultos implican siempre:

  • que les digan que hagan algo
  • que les digan que NO pueden hacer algo
  • que les pregunten por qué hicieron o no hicieron algo.

Como resultado, los adolescentes pueden ser muy cautelosos al momento de participar en cualquier conversación, ya que saben a lo que pueden conducir. Entonces, en cuanto menos oportunidades para hablar sobre las cosas y más problemas hayan, los padres más querrán tomar a su adolescente para terminar encarándolos y decirles "hablemos de tu desordenada habitación " o "¿por qué no estás haciendo tu tarea?  ".

Si se pone en los zapatos del adolescente, no es una sorpresa que para ellos no sea una experiencia agradable. Por lo que su estrategia típica será evitar o disminuir las oportunidades para tener esas conversaciones, lo que hace que sea más difícil para los padres, provocando que el ciclo continúe y empeore.

CREAR UNA NUEVA DINÁMICA

Lo que necesitamos hacer es invertir ese proceso. Aquí hay algunas ideas:

  • No empiece a hablar con ellos en cuanto entren por la puerta después de la escuela, o cuando lleguen tarde a casa. Manténgalo breve y hágale saber que está feliz de verlos.
  • Busque oportunidades que ocurren normalmente, como en las comidas, el ver la televisión juntos, conducir el automóvil o antes de acostarse. Haga uso de esos momentos que pueden estar simplemente escapándose. 
  • Muy importante, asegúrese de que las oportunidades casuales sólo sean de diálogo positivo y agradable. No las utilice para hablar sobre problemas, o no deje que se conviertan en conversaciones negativas.
  • Si tiene un problema con su adolescente, ¡haga una cita! Siéntese con él o ella en algún momento en que ambos puedan prestar atención y hablar del tema.

PERO ¿QUÉ HAY ACERCA DE LOS ADOLESCENTES VARONES? ¿NO MERECEN ELLOS UNA REPUTACIÓN COMO "GRUÑONES"?

Hay algunas pruebas que demuestran que las habilidades de comunicación y lenguaje se desarrollan más temprano en las niñas, pero las diferencias de género pueden jugar un papel no tan grande como a veces parece.

El entorno social también es un factor importante. Por ejemplo, si se está mezclando con un grupo que habla en monosílabos, es probable que continúe hablando de esa manera. Si se está mezclando con un grupo en el que conversaciones detalladas sobre política, vida u otras actividades son recompensadas y se convierten en parte de un diálogo habitual, es probable que desarrolle ese repertorio. Y si a menudo se le critica o se burla de estar equivocado, ya sea por sus compañeros o en casa, mantener sus respuestas cortas es una “medida de seguridad”.

¿REALMENTE QUIERES SABER?

Otra cosa a considerar es que, cuando los niños ya son adolescentes, saben que a veces los adultos no representan lo que dicen. Podemos pasar al lado de alguien que conocemos y decirle "¿cómo estás hoy?", pero sin de verdad querer que la otra persona conteste. La respuesta socialmente aceptable es generalmente "bien, gracias - ¿y tú cómo estás?"

Teniendo en cuenta todo lo anterior, no es de extrañar que la pregunta inicial que hagan, sea respondida con una respuesta breve y “asegurada”.  Tenemos que estar preparados para insistir más allá de eso, para demostrar que realmente estamos interesados ​​en tener una conversación.

Lo crítico aquí es que para desarrollar una relación, y tener el tipo de conversación que desea tener, debe estar dispuesto a invertir el tiempo y el esfuerzo necesario. Eso incluye estar preparado para realmente escuchar. Incluso si su tema no son los resultados de el último juego deportivo, el juego de computadora o la tendencia en la moda; no prestar atención o cambiar el tema envía el mensaje de que realmente no le importa lo que su adolescente tiene que decir. Con demasiada frecuencia, las conversaciones se enfocan en lo que al padre le interesa y no en lo que el adolescente quiere expresar.

ENSEÑAR Y APRENDER

Aprender a tener una conversación hacia ambos sentidos que sea exitosa, es una habilidad vital importante, por lo que también puede ayudar a su adolescente preguntándole sobre las cosas que le interesan.

Nuevamente, es mejor no empezar haciendo demasiadas preguntas para que no parezca un interrogatorio, pero si encuentra un tiempo que se adapte a ambos y en donde realmente quiere saber más sobre sus intereses, sacarlos de su caparazón puede ser más exitoso.

Haga que le cuenten cosas, que le enseñen, y escuche más de lo que habla. Puede quedar sorprendido de lo que su adolescente tiene que decir, en las circunstancias adecuadas.